Entre los grandes descubrimientos que aprestigian a la inteligencia humana en el ocaso del siglo pasado, ocupa lugar de primera magnitud aquel realizado por Roentgen en el año 1895. Los resultados obtenidos con las radiaciones por él captadas son imponderables y sus proyecciones aún están muy distantes de encontrar un límite. En una curva vertiginosa y ascendente, cuya trayectoria es difícil equiparar con la de cualquier otro descubrimiento, esta rama de la física ha tenido un desarrollo insospechado y múltiples son las ciencias y artes que con él se han beneficiado, alcanzando un perfeccionamiento verdaderamente sorprendente. Si bien es cierto que en el estudio de la composición y estructura de los metales, examen anatómico de las plantas, identificación de ciertas sustancias químicas y en muchas ramas más, juegan los rayos x un papel preponderante, sin duda alguna es la medicina, por decirlo así, la ciencia que ha absorbido con avidez su profunda e inagotable savia y merced a ese generoso alimento muchas de sus ramificaciones han sobrepasado su normal crecimiento en la primera mitad del presente siglo.