La enfermedad mental en general, y la esquizofrenia en particular, ha estado circunscrita a la lectura científica provista por la medicina, una aproximación condicionada no solo por los preceptos científicos sino también por las características culturales, sociales, económicas y hasta políticas dominantes en los diferentes estadios de la historia humana. En este sentido la enfermedad mental ha sido un concepto dinámico y cambiante, de manera permanente, a través del tiempo. El término “loco” utilizado para denominar a las personas con comportamientos fuera del marco “normal” establecido se ha prestado para interpretaciones, estigmatizaciones e intervenciones que han evolucionado desde lo sacro- religioso, lo demoniaco, y antisocial, y en materia de tratamiento desde el exorcismo en la edad media hasta el confinamiento e intervenciones, teóricamente científicas, tan invasivas y lesivas como los electroshokcs, lobotomías y medicación extrema paralelas con la estigmatización y exclusión social. En este documento, fruto del ejercicio académico de la Maestría y la experiencia personal del autor como artista, se propone un acercamiento distinto a, para el entendimiento de la persona diagnosticada con esquizofrenia, desde una aproximación metafórica y, hasta cierto punto, contracultural a la ciencia médica. Una lectura propositiva a partir de la experiencia directa del autor con pacientes con trastorno mental, a través de talleres de pintura que permitieron rastrear componentes de sensibilidad y cosmovisiones propias de su estado y que pasan muchas veces inadvertidos por los parámetros estrictos de diagnóstico utilizados en la psiquiatría. Hallazgos, formas propositivas, que plantean la necesidad y posibilidad de promover vías alternativas para la comprensión y facilitar su “cuidado” o acompañamiento en las que el arte funge como un recurso para el reconocimiento integral de la persona enferma, su estado mental y la de su familia como un todo integral. Desde la perspectiva académica de la Maestría la experiencia objeto de este documento involucra los aprendizajes, la narrativa de la experiencia y convivencia del autor con los pacientes diagnosticados con esquizofrenia, y múltiples imágenes de obras de arte. Es así que hay un interés particular por transitar por los sentidos a través de múltiples dimensiones del lenguaje plástico, un trayecto sensible desde el dibujo a la pintura y de ahí a la escultura desplegada en un instalación. (Texto tomado de la fuente).