Al lado de las tensiones y complementariedades que pueden existir entre crecimiento y equidad, es lícito preguntarse que puede suceder en las economías que han alcanzado altos niveles de crecimiento acompañadas de situaciones aceptables de equidad o distribución de los ingresos y la riqueza, como puede ser el caso de los países de Europa Occidental y el Japón y en menor medida (en cuanto hace a la equidad) con los Estados Unidos. En tales casos la pregunta consiste en saber si es posible disminuir el crecimiento o conducirlo a una situación estacionaria, a fin de evitar una utilización no sostenible de los recursos, o daños graves o irreversibles en el medio ambiente. La respuesta desafortunadamente parece ser totalmente negativa