Es evidente y notoria la vaguedad con que los diferentes autores se refieren a la entidad patológica que ha sido denominada insuficiencia hepática; y es curioso observar cómo, en muchos casos, se refieren con este término a trastornos francamente antagónicos y asímismo cómo en la descripción de los síntomas no hay una concordancia similar a la que se observa en el estudio de otras enfermedades.