Memoria, cuerpos y música es una expresión que intenta recoger el debate en el cual los cuerpos de las mujeres tienen lugar en la violencia sociopolítica y el conflicto armado que vive el país, y cómo a partir de sus voces, en sus relatos, experiencias y narraciones, (cantadas, bailadas, cocinadas y contadas, entre otras), se pueden establecer formas de reparación integral en las que se incluyan las de tipo cultural y simbólico, como las expresiones musicales y culturales. Así, la protección de la diversidad étnica y cultural, contenida en el artículo 7 de la Constitución Política1, implica por un lado, que los cantos de Bullerengue en el Caribe, son prácticas memoriosas espontáneas y expresiones culturales ancestrales, objeto de protección aun en tiempos de guerra y conflicto, y por otro lado, permite mostrar relatos de las mujeres desde sus experiencias como víctimas y testigos de la violencia estructural que viven en sus regiones. Aquí se evidencia por tanto, la dimensión cultural que tiene la memoria histórica, ligada al fortalecimiento y reconocimiento de la identidad de poblaciones emergentes y discriminadas como la identidad afrocolombiana. La dimensión jurídica de la memoria, cuyo punto central es la reparación integral y el derecho a la memoria misma, y la dimensión política de la memoria, situada desde la construcción de la ciudadanía de las mujeres desde un enfoque de género. Estas tres dimensiones de la memoria se articulan, conversan y se entretejen para mostrar no sólo el enfoque de género a lo largo de esta investigación, sino además cómo se construye la memoria histórica desde las voces y los relatos de las mujeres. Este trabajo constituye una apuesta por reconocer la importancia de las identidades emergentes de los pueblos afrocolombianos, y sus memorias de la esclavitud tomando como referente a una mujer, con sus micro-relatos cotidianos, cargadas de valor, resistencia y dignidad. (texto tomado de la fuente)