Los edificios, dibujos, escritos, bocetos y fotografías realizados por los maestros de la arquitectura moderna muestran que los valores fundamentales de sus proyectos, más allá de cimentarse en su talento y experiencia individual, se soportan en la conciencia y valoración del trabajo he¬cho por otros. La restitución e incorporación de los valores de la arquitectura del pasado en las nuevas formas es evidente en muchos de los grandes edificios modernos. El estudio de algunos de estos edificios permite entender que su forma, resulta de la hábil recompo¬sición de principios universales en hechos puntuales de la arquitectura de todos los tiempos, develados, abstraídos y ordenados nuevamente. Aunque se evidencia la presencia de estos órdenes universales en obras concretas, comúnmente solemos ver solamente referencias figurativas sin embargo mas allá de esta condición, es en la forma, disposición y relación entre las partes, donde se manifiestan dichos principios. La lógica del pensamiento moderno permite interpretar y abstraer las diferentes condiciones que derivaron en los edificios de otro tiempo, y valorarlas por encima de su figura, e introducir el concepto de abstracción como condición fundamental para inferir el pensamiento proyectual. Desde esta perspectiva, proyectar nueva arquitectura es en realidad restituir y reordenar las formas del pasado. En la obra de arquitectos como Le Corbusier, Mies o Wright entre otros, se evidencia la importancia de visitar y estudiar las ruinas y los edificios construidos por diversas culturas, infestarse de sus valores propios para luego sintetizar la experiencia a través de crear nuevas formas. El orden general, el equilibrio y la armonía o los detalles puntuales de importantes conjuntos arquitectónicos fueron entendidos y decodificados con base en el uso de las técnicas propias de su tiempo, constituyéndose así en base fundamental para el desarrollo del procedimiento proyectual de la cultura arquitectónica moderna. La experiencia y la observación directa de los edificios, de la forma y los acontecimientos ambientales y lumínicos, así como también, las relaciones con la geografía y la ciudad, fueron experiencias que marcaron profundamente la memoria de estos arquitectos modernos, y que se incorporaron como principio primordial de su síntesis proyectual, la cual se ha venido sacando a la luz con el análisis de sus edificios. (Texto tomado de la fuente por el autor)