Este trabajo pretende mostrar que los modos de experimentar no son lineales ni evolutivos sino recurrentes, en una historia que —de escribirse— conduciría del futuro al pasado remoto de la novela. Este texto en ese sentido es la promesa y no la realización de tal propósito. El encuentro sorpresivo que tuve con el realismo en esta tesis sobre la experimentación me llevó a plantear la falacia de la polémica entre experimentación y realismo: las tres formas del realismo contra las cuales se levantaron las obras seleccionadas son la de la novela de La Violencia, la de la novela del compromiso social y la de la novela histórica. No obstante, la reacción experimental de cada una de las tres novelas comentadas no ocurrió por fuera del realismo sino dentro de él, y dio lugar a tres formas posibles de nombrar la realidad que representan: realidad traumática, realidad engañosa y realidad enloquecida. Tomados como un manual de instrucciones los recursos de la novela experimental, cuando se estudian independientemente de la novela dentro de la cual adquieren una forma o un sentido, o se disponen sobre las obras como un paraguas, son tan limitadores como los recursos de la novela del realismo decimonónico; ninguno de aquellos, por lo demás, es exclusivo ni de la novela experimental ni de una época determinada, y mucho menos actual. El carácter experimental no está en la sola aparición o exacerbación de un determinado recurso sino en el modo único en que un novelista determinado en un momento determinado lo provoca en su obra.