Este epígrafe de Dolto puede aplicarse perfectamente a la obra de Mijail Bajtin, pues lo que revelan sus biógrafos es que nunca tuvo la intención de figurar como un escritor sino como un ser humano preocupado por comprender a sus congéneres y desentrañar, con pasión, facetas no indagadas de la condición humana. Al cumplirse en el mes de noviembre del presente año el centenario de su nacimiento, nada más justo y meritorio que rendir un homenaje a su figura, proponiendo a los lectores de esta publicación un punto de vista sobre la obra de quien con su contribución ha proporcionado nuevos horizontes de estudio a la comprensión del ser, de las ciencias humanas y de la literatura.