Los procesos de enseñanza-aprendizaje son vitales para el progreso de las comunidades y los países, siendo imperante el desarrollo de experiencias académicas cercanas a sus entornos. Es por esto que los contenidos explicados y las habilidades esperadas a alcanzar por los estudiantes deben dar cuenta de las necesidades reales de los lugares donde estos deberán ejercer, de manera que una vez terminados sus estudios puedan realmente aplicar estos conocimientos y habilidades para responder a los problemas de la sociedad en la que se desenvuelven. Así que el proceso de enseñanza quedará en una abstracción mental del estudiante, quien cargado de conocimientos no sabrá cómo aplicarlos y por lo tanto su desempeño en el ejercicio laboral será insuficiente.