La educación es la base de la formación de las sociedades, ya que a partir de ella se fortalecen valores, normas de convivencia y estilos de vida. El aula de clase es un espacio vivo, en el cual interactúan personas de distintas edades, ritmos de aprendizaje particulares, contextos familiares, sociales y culturales que determinan su vivencia en la escuela y en donde al mismo tiempo, se desarrollan muchos procesos pedagógicos y didácticos; es justo en este punto en el que el maestro asume su rol como mediador de procesos, sabiendo interpretar y analizar cada una de estas situaciones para así poder generar espacios en los que el estudiante sea partícipe activo de su proceso de aprendizaje.