Durante el proceso de globalización se ha presentado un creciente desarrollo de la tecnología, lo cual ha traído consigo grandes innovaciones. Hecho que se refleja específicamente, en el sector financiero, en la definición de operaciones más complejas que redundan en la generación de grandes cambios culturales, normativos y estructurales. Es por ello que a raíz de esta serie de factores, se ha empezado a prestar mayor atención al riesgo, como efecto de la volatilidad en las operaciones. Se entiende riesgo como la probabilidad de que ocurra un acontecimiento incierto, en cualquier actividad realizada por el ser humano; por ello existen numerosos factores internos y externos que afectan la gestión operativa de una entidad financiera, así como sus procesos. Y es aquí donde la tecnología entra a jugar un papel importante en este tipo de entidades, desarrollando así nuevos productos y servicios que afectan notoriamente el funcionamiento de cada uno de los procesos que componen a una entidad financiera. Ahora bien, de este tipo de riesgo se habla en el sistema financiero debido a las fusiones y adquisiciones a gran escala que por primera vez ponen a prueba la viabilidad de sistemas integrados; la consideración de los bancos como proveedores de gran variedad de servicios; la creciente contratación en el exterior y la mayor utilización de técnicas de financiación. Por otra parte, se exige además un adecuado manejo del riesgo no solo como se ha venido trabajando hasta hace poco tiempo con el trato de riesgo de mercado y de crédito, sino que ha despertado la atención de muchos ejecutivos y bancarios que se han visto en la necesidad de cuantificar el riesgo operativo, ya que en muchas ocasiones sus resultados financieros no han sido los esperados. 2 De esta forma, la desregulación y la globalización de los servicios financieros, están aumentando las actividades de los bancos, y por ende sus perfiles de riesgo1. Ante esta perspectiva el comité de Basilea establece prácticas sanas, para la supervisión y administración del riesgo en cualquier organización. El presente trabajo tiene como objetivo fundamental diseñar un modelo de Riesgo Operativo que permita medir las pérdidas económicas en una entidad financiera. De igual forma se pretende como objetivos específicos establecer las técnicas utilizadas en la medición del riesgo; Identificar los factores de riesgo interno y externo en la entidad financiera y medir la probabilidad de ocurrencia de los eventos de Riesgo Operacional.