Las infecciones del tracto urinario (ITU) son un problema grave de salud pública a nivel mundial, representando la segunda patología más frecuente de origen infeccioso después de las relacionadas con las vías respiratorias. (1) Ésta entidad clínica es de buen pronóstico cuando se identifica tempranamente y se ofrece un tratamiento antimicrobiano inicial, debido a la necesidad de garantizar un tratamiento efectivo, y así poner en práctica esquemas antibióticos de acuerdo al tipo de microorganismo al que se esté enfrentando, ya que si no existe un cubrimiento eficaz desde el inicio de la hospitalización, habrá un aumento trascendental en la mortalidad. Por este motivo es indispensable realizar un adecuado abordaje clínico y paraclínico al paciente con sospecha de ITU, ya que esto permitirá la detección temprana y prevención de complicaciones, teniendo en cuenta factores como el agente causal y el perfil de resistencia. Dada la importancia de esta patología y a que es tan frecuente su presentación en la práctica médica, se hace indispensable para el médico conocer oportunamente los gérmenes locales y los patrones de resistencia a antimicrobianos, para brindar de esta manera la mejor opción terapéutica y procurar disminuir la resistencia bacteriana ocasionada por la formulación indiscriminada de antibióticoterapia.