Ante el auge del reconocimiento de los derechos de la naturaleza, este trabajo invita a examinar cuáles (o quiénes) son esos entes o cuerpos que están siendo reconocidos como sujetos y cómo están siendo definidos o considerados. El derecho no se limita a asignar unos estatus o prerrogativas a un conjunto de entes predefinidos, sino que interviene en la delimitación y caracterización de las cosas y personas a las que otorga relevancia jurídica. En tal sentido, se plantea que la introducción de nuevos sujetos de derecho es un proceso abierto, que comprende decisiones sobre cuáles son los rasgos relevantes y las escalas pertinentes a la hora de definir el sujeto. Con base en esto, el trabajo examina cómo han sido caracterizados los entes naturales en las primeras quince providencias judiciales que han reconocido sujetos de derecho no-humanos en Colombia, y propone que la mayor parte de estos fallos definen su sujeto de derechos en torno a por lo menos una de las siguientes tres nociones: el recurso natural, el área protegida, y el territorio biocultural. De este modo, si bien el reconocimiento de nuevos sujetos de derecho tiene el potencial de transformar la manera en la que el derecho hace legible el mundo, también puede reproducir ideas y formatos jurídicos tradicionales. En este orden de ideas, se sugiere que quizá la mayor relevancia jurídica y política de los fallos que reconocen sujetos de derecho no-humanos, no es el reconocimiento de derechos como tal, sino la confección de una nueva cosa o persona en el derecho. Asimismo, el trabajo constituye una invitación a jueces, litigantes y demás actores para que sean especialmente reflexivos en torno a los supuestos políticos y ecológicos, ontológicos y/o epistemológicos sobre los que recaen sus acciones, decisiones e intervenciones alrededor de los derechos de la naturaleza.