La libertad es la máxima expresión de la calidad de vida. Ella está inhibida por el miedo, no a lo desconocido sino a la libertad del otro. Este miedo es notorio en las ciudades en el sentido de no confiar en el uso de la libertad de los demás, deteriorándose el nivel de vida en cuanto las condiciones de desconfianza, el sentimiento de ser víctimas se profundizan por el miedo. En una encuesta en la población de la U de los Andes realizada por la investigadora Elvira M Restrepo, se detectó que el miedo al crimen proviene de la interpretación que la gente hace del espacio público que no brinda seguridad y acrecienta el miedo al crimen. Este miedo se profundiza con la inequidad económica, que hace impensable el disfrute pleno de la libertad, lo que es demostrado con la encuesta de calidad de vida en Bogotá 2007en la que la percepción es la de que el 80.5 % % de los hogares confiesa que con el ingreso disponible apenas logran sobrevivir, lo que es reforzado por la población desplazada y la informal que ante los programas públicos deben cumplir con algunos requisitos y sortear algunos obstáculos que les impide disfrutar de la libertad como una forma de elevar la calidad de vida. Por otra parte el programa de ciudades amables no consigue afirmarlo puesto que está fundamentado en la concepción de ciudades compactas que prioriza la eficiencia a lo estético y humano. También, por cuanto en el largo plazo se propone consolidar el mercado inmobiliario mediante la acción densificadora de los espacios urbanizados llevada a cabo por sector edificador racionalizante. En este aspecto se dan a conocer otros enfoques de ciudad como el de la concepción estética y el de la ciudad amable en el sentido de respetar los derechos fundamentales de la población. Palabras clave: Libertad, Miedo, desplazamientos, informalidad, Plan de Desarrollo, programas sociales, estética, ciudad, imaginario, amabilidad, derechos.