El hombre como especie ha confluido con los sistemas antrópicos y naturales. Los primeros son el resultado de su raciocinio y abarcan dos cuestiones fundamentales: el desarrollo social y económico. Bajo la estructura neoclásica actual se miden a través de la producción y el consumo de bienes y servicios, que para el hombre representan el bienestar, la calidad de vida y la permanencia en el tiempo. Los segundos le proporcionan los recursos necesarios para satisfacer las necesidades que abarcan los sistemas antrópicos. Además