Las proyecciones de la Organización Mundial de la Sa-lud (OMS) indicaban que, en el año 2030, la diabetes sería la séptima causa de mortalidad en el mundo, al afectar a más de 430 millones de personas. Hoy, 11 años antes, ya lo es. Uno de los aspectos más preocupantes es que no cursa sola, sino con varias comorbilidades asociadas: es causa de ceguera, insuficiencia renal, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y amputación de los miembros inferiores, entre otras secuelas. A esto se suma el impacto económico no