En el ámbito musical es necesario tener ciertas habilidades para obtener el reconocimiento, la agógica, la interacción, la escucha, el dominio técnico y del escenario, el performance entre otros. Pero sin duda alguna la capacidad de controlar los nervios en público es una de las más importantes, no importa cuánto se ha estudiado si no se puede controlar la mente durante el concierto. La ansiedad escénica es una condición que se puede dar en músicos, en ocasiones puede llegar a alterar el rendimiento interpretativo y el desempeño musical. Este trabajo autoetnográfico recopila experiencias propias que desde el autoanálisis plantean una alternativa en el proceso de reconocimiento, control y superación de la ansiedad escénica; entender que me motiva a hacer música, mi relación con el instrumento, la búsqueda de sentido, entre otros aspectos, son necesarios para comprender cómo resignificar la música y cambiar aquello que genera tal ansiedad para volver las presentaciones algo placentero, alcanzar la excelencia musical y el reconocimiento. (Texto tomado de la fuente)