Esta investigación identifica y sugiere relaciones entre la enfermedad mental y las series animadas para adultxs, producidas por plataformas televisivas de streaming, puntualmente trata la enfermedad mental en la serie BoJack Horseman de Netflix. En la aproximación metodológica, realizada desde los estudios culturales, la autoetnografía, la investigación visual y los estudios de serialidad se mezclaron para dar cuenta de la coexistencia, que podría decirse necesaria, de la enfermedad mental como experiencia vivida —en este caso por una mujer y su familia—, con la de la enfermedad mental como experiencia animada —de la ficción, protagonizada por un caballo—, coexistencia en la que la presencia de las mujeres resulta, según mi opinión, ser parte clave para explicar lo que lxs críticxs, especialistas y seguidores consideran uno de los logros de la serie: tratar la enfermedad mental eludiendo los estigmas comunes, y hacerlo en un entorno mediático transmedial y transnacional. La inclusión de la enfermedad mental en las producciones televisivas de Netflix, HBO y Amazon incrementó en los últimos diez años, a la par que la enfermedad mental como experiencia institucionalizada y medicalizada en empresas y universidades, más allá del contexto familiar. BoJack Horseman es una de las producciones que trata la enfermedad mental como una experiencia en la que se reconocen numerosas personas diagnosticadas con trastornos mentales en distinto grado. En la serie, la mayoría de los personajes diagnosticados son mujeres, de una misma línea genealógica que comparten la herencia genética y las preguntas por el sentido de la vida, la maternidad, el aborto, el éxito y la felicidad. Lo que sugiero es que las mujeres animadas de la serie tuvieron todo que ver con el equipo de mujeres directoras, creadoras, realizadoras, productoras e ilustradoras que dieron vida a BoJack Horseman y que reorientaron y modificaron sus propios diagnósticos sobre la enfermedad mental, para llevarlos a sus trabajos creativos en un proceso terapéutico y público que amplió la discusión sobre la enfermedad mental en la televisión y fuera de ella. Se trata desde los estudios culturales, de mujeres que tomaron agencia sobre sus propios diagnósticos.