Pelar, rasgar, cavar una y otra vez hasta llegar al fondo, un fondo que es hueco, que es centro, que te lleva de nuevo hacia afuera. Pelar capa a capa, rasgar la piel, rasgar para ablandar, amasar esas pieles y pliegues que se han endurecido por haberse contenido. Amasar para soltar y dejar-se(r) desparramar. Esta huella hace parte de una creación interdisciplinar que explora desde lo corporal, lo vocal y lo sensual la búsqueda personal hacia el habitar y ablandar dolores, temores y deseos que habitan el cuerpo de una mujer. Un rezo para hacer vibrar cada pliegue y des-baratarnos en un canto colectivo de voces a punto de estallar. Una invitación a ser testigxs, cómplices y confidentes de las profundidades de un útero enmarañado y una voz enredada. (Texto tomado de la fuente)