La economía tanto nacional como internacional avanza a pasos agigantados, es un fenómeno que crece de forma incalculable y que resulta ser fundamental en desarrollo de cualquier empresa, sea grande, mediana o pequeña, sin embargo no solo la economía resulta ser un elemento de gran importancia para esta, pues de nada serviría tener un desarrollo económico satisfactorio, si el control ejercido sobre las actividades que dan pie a es este no es lo suficientemente efectivo como se espera, o mejor, como debería ser. Así pues, cuando en realidad se quiere aportar cosas valiosas para el crecimiento de una organización, o en su defecto, el sostenimiento de la misma a través del tiempo, es necesario aplicar factores que permitan cumplir dicho objetivo y obtener una visualización general de las posibles dificultades, riesgos, amenazas, entre otros agentes, que seguramente lograrían poner en peligro el adecuado funcionamiento de la empresa y/o entidad, y tal vez ocasionarían grandes pérdidas que la llevarían a su cierre total. Con base en lo planteado en los párrafos anteriores, se considera fundamental determinar y resaltar la importancia que tiene el aplicar un control interno efectivo a todas y cada una de las operaciones o actividades que tengan lugar dentro de una entidad u organización, desde aquellas sencillas y repetitivas, hasta las más relevantes e indispensables, de tal forma pues que se pueda tomar conciencia y entender que gracias a la aplicación de herramientas como el control interno, es posible detectar y por supuesto prevenir la presencia de riesgos y/o ocurrencia de fraudes empresariales, que indiscutiblemente resultan ser siempre aspectos negativos para la misma, y que tarde o temprano conllevan a la organización al cierre o finalización de sus actividades.