Entre los años de 1808 a 1821 la Nueva Granada se vio sumergida en grandes conflictos políticos a causa de la pérdida del rey y la posterior decisión de declararse independiente. En esos cortos, pero álgidos años los sacerdotes se encontraron en medio de los combates ideológicos y militares que tenían lugar entre las élites y el pueblo llano. Los clérigos, que eran uno de los sectores sociales más prominentes de la época, no podían escapar a dichas disputas y encontraron en sus púlpitos el lugar más idóneo para expresar sus opiniones políticas. En tanto soldados del reino de Dios, tenían la responsabilidad de tomar postura frente a los acontecimientos políticos vividos, por lo que el sermón se convirtió en un arma de formación ideológica. Los predicadores recurrieron al pensamiento teológico de Santo Tomás para argumentar sus proclamas. De setenta sermones estudiados de la época, hemos podido determinar que clérigos realistas y patriotas enfocaron el debate sermonario en el tema del derecho divino de los reyes en contraposición a los derechos naturales. Dependiendo del período experimentado, los sacerdotes mostraron su adhesión al sistema monárquico o al republicano. Los primeros años de crisis de acefalía y durante la Reconquista española los oradores resaltaron la teoría del poder regio, que aseguraba que la autoridad del rey provenía directamente de Dios. Sin embargo, en los años de la revolución neogranadina y después de obtenido el triunfo de la batalla de Boyacá, los sacerdotes recurrieron a la escolástica para afirmar con vehemencia que la teoría del derecho divino era un invento humano y que la única verdad de fe establecía que los hombres nacían libres y sin obligación hacia los reyes. Veremos en esta ponencia que los clérigos acomodaron sus prédicas a las circunstancias con cierta pericia para siempre resultar aliados del bando victorioso.