La segunda mitad del siglo XIX, significó el comienzo de la recuperación de la minería de esmeraldas en la zona de Muzo, lo cual se nota en el establecimiento y dirección de los trabajos de explotación de esmeraldas ejecutados a tajo abierto y con ayuda del ¿Tambreo¿, que consistía en la utilización de fuentes y conducciones de agua o acequias, el banqueo o cortes escalonados del terreno, el uso de herramientas como barras de hierro, palas, estanques artificiales y pólvora negra; todos éstos, diferentes al antiguo sistema de explotación de socavones , que garantizó una mayor producción de esmeraldas. En el informe de gastos del mes de agosto de 1861, aparece la relación de pagos realizados en veinte cargas de carbón para la fragua, lazos para los tambres y pago de 801 días de salarios a obreros que realizaban las labores de gran banco, plazuela, tambreo, tierreros, desaguadero, acequias, fragua, carpintería, leñaderos, despensa y cocina ; lo cual nos permite afirmar, que las labores de explotación de esmeraldas contaba con una completa y bien planeada infraestructura y una organización administrativa que le daba una característica de autosuficiencia a la empresa explotadora. Estos salarios eran pagados en parte con recursos asignados por el Gobierno nacional, el cual había destinado 600 pesos mensuales del presupuesto nacional para el mantenimiento y funcionamiento de las minas de Muzo, que eran entregados al administrador en Bogotá y la otra parte de los recursos provenientes del producido de las minas. En 1863, la crisis ocasionada por la guerra civil de 1861, generó el incumplimiento por parte del gobierno en la asignación de estos dineros, causando una sensible baja en la producción de esmeraldas hecho que afectaba a su vez el abastecimiento de gemas a los mercados de Londres y París debido entre tantas razones, al retiro o deserción de los empleados de las minas afectados por el no pago de sus salarios.