El transporte de un recién nacido enfermo es un acto complejo que requiere de la acción coordinada de numeroso personal, equipo especializado y varias instituciones. La comunicación y el trabajo en equipo son los puntos clave para llevar a cabo un traslado exitoso. El prematuro muy pequeño representa un desafío para el equipo de transporte. Con frecuencia es muy difícil mantener su temperatura y esto es vital para su supervivencia. La morbimortalidad neonatal aumenta de manera significativa, si se omite uno de los pasos indicados o si no se es, lo bastante minucioso en su control. El objetivo primordial del transporte interhospitalario es llevar al neonato tan rápidamente como sea posible y de la forma más segura, evitando así procedimientos de urgencia. Lo ideal para el traslado es que el centro de atención médica receptor sea el que posea el equipo indispensable de transporte y por ende sea el encargado de concurrir al hospital de origen del paciente para efectuar el transporte.