La organización mundial de la salud (OMS) considera que el suicidio representa un desafío global que conlleva implicaciones sociales, emocionales y económicas significativas. Cada año, más de 700.000 personas pierden la vida por suicidio en todo el mundo. (“Mortalidad Por Suicidio En La Región de Las Américas. Informe Regional 2015- 2019,” 2022), y se calcula que, por cada muerte atribuible, existe un aproximado entre 10 a 20 intentos fallidos (Vásquez-Escobar & Benítez-Camargo, 2021), siendo 30 veces más frecuentes que los suicidios consumados (Almaghrebi, 2021).