En la actualidad los procesos de globalización han facilitado el contacto entre grupos y personas de diversas procedencias y de variadas concepciones religiosas. Dicho contacto ha propiciado que las prácticas de medicina tradicional indígena, incluido el consumo de enteógenos, se hayan insertado en nuestra sociedad como una alternativa de respuesta a búsquedas espirituales y terapéuticas. Esta situación ha llevado a redefinir constantemente las formas populares de acepción del mundo a través de la intercomunicación de diversos referentes simbólicos y culturales, generando así mismo nuevos paradigmas y formas de aprehender y de representar la realidad. En Colombia este hecho se encuentra evidenciado desde hace dos décadas aproximadamente, por la activación en medios urbanos y rurales de algunas prácticas rituales de corte chamánico que involucran un saber sobre los estados modificados de conciencia (EMC), el consumo de plantas sagradas y otras prácticas indígenas tales como danzas extáticas o el temazcal, generando un fenómeno cultural de gran importancia actual como es el neo-chamanismo, visto como una re-contextualización de los conocimientos y las prácticas indígenas de diversos orígenes temporales y espaciales. Los EMC y la experiencia extática permiten a los participantes alcanzar un estado de transferencia en el cual el individuo, la naturaleza y la sociedad se perciben como un todo armónico, al igual que el cuerpo, la mente y el espíritu, facilitando que en el sujeto se presente un ¿cambio cognitivo¿ o ¿cambio estructural¿, al propiciar que las imágenes y los símbolos rituales de otros contextos espaciotemporales entren a ser parte de su bagaje simbólico, permitiendo a su vez que dicho cambio genere una eficacia simbólica. Todo lo anterior se funde en los procesos de sanación física, mental y emocional en los cuales el cuerpo cumple un papel trascendental como vía, medio y centro de la experiencia extática, que incide directamente en el logro de la eficacia terapéutica. Esta ponencia pretende establecer las posibles relaciones existentes entre el cuerpo como campo experiencial, los estados modificados de conciencia, la experiencia extática y algunas prácticas de curación neo-chamánicas, tomando como referencia etnográfica a la localidad de Santa Elena, una vertiente montañosa aledaña a la ciudad de Medellín, Colombia.