Es indiscutible que el proyecto de la modernidad atraviesa por una crisis en todos los movimientos básicos que lo constituyen que son, desde la perspectiva de Néstor García Canclini, un proyecto emancipador, un proyecto expansivo, un proyecto renovador y un proyecto democratizador1,o como una crisis en todos sus frentes: cultural, político, social y económico, que se presenta en el interior de lo que José Joaquín Brunner denomina los cuatro núcleos organizativos en que se apoya la experiencia de la modernidad: la escuela, la empresa, los mercados y las hegemonías.