Unos 3.500 indigenas Kogi sobreviven en las montanas, los valles y los canones que la accion paciente y milenaria de las fuerzas tectonicas y de los elementos ha formado en la vertiente norte de la Sierra Nevada de Santa Marta. Ellos son los descendientes obstinados de antiquisimos pueblos nativos, que una vez se enfrentaron al invasor espanol que venia en busca de un Nuevo Mundo para la vieja Europa. Pero pudieron mas los hombres de armadura de metal con sus caballos y canes amaestrados, y con sus arcabuces que sonaban como un trueno y vomitaban mucho fuego. Los aborigenes cesaron entonces su resistencia armada y se inclinaron ante los nuevos amos que hablaban una lengua extrana y adoraban a otro Dios distante, pero no menos implacable. O huyeron en temerosa desbandada por los empinados riscos y los pasos peligrosos hacia lugares inaccesibles de su Sierra, en la direccion de las cumbres envueltas de niebla.