Desde la caída de precios del petróleo en la primera década del Siglo XXI, Colombia vivió una transformación en la directriz económica que fue impulsada por el Gobierno Nacional, fortaleciendo el sector agroindustrial mediante instrumentos de planeación de escala nacional que permitieron la creación de la llamada “Locomotora Agroindustrial”. En este sentido, el departamento del Meta -principal productor de hidrocarburos-, volcó su economía al potencial agropecuario que alberga su territorio, forjando nuevas condiciones atractivas para proyectos agroindustriales de gran escala. Dicho proceso trajo consigo múltiples eventos, entre ellos una gran demanda laboral por parte de las empresas agroindustriales, y con ello un nuevo proceso migratorio hacía los territorios aledaños a los principales centros de producción agrícola y pecuaria, lo que ocasionó el surgimiento o reconfiguración espacial de centros poblados a partir de la nueva dinámica económica y social producida por la relación de las comunidades con las empresas. La subregión de la altillanura fue epicentro de este fenómeno, en especial los municipios de Puerto López y Puerto Gaitán, en cuyo territorio se ha observado el crecimiento de los centros poblados de “Remolino” y “La Cristalina”, así como el surgimiento y consolidación de “Pueblo Nuevo”, constituyéndose éstos en lugar de residencia de los nuevos trabajadores de empresas agroindustriales como La Fazenda, Bioenergy y Riopaila, entre otras. La reconfiguración territorial de los centro poblados en mención ha obedecido a un fenómeno espontaneo y no planificado en la escala municipal, sin que a la fecha existan instrumentos que generen condiciones dignas para los habitantes, tales como viviendas adecuadas, servicios públicos o equipamientos; sumado a ello, las empresas agroindustriales han limitado su tarea de responsabilidad social a actividades con las comunidades que no logran trascender al mejoramiento de las condiciones de vida. Por tanto, se hace necesario que el Estado, en cada uno de sus niveles y en articulación con los distintos actores del territorio -incluyendo a las compañías agroindustriales-, genere herramientas que permitan una planificación territorial alrededor de los proyectos económicos que se han venido forjando. (Texto tomado de la fuente).