Spanish abstract: La presente edicion se publica en el marco del proyecto “Desarrollo de procesos de formacion y capacitacion para la gestion ambiental para los municipios de influencia de operaciones de ecopetrol (Villavicencio, Acacias y Castilla La Nueva) departamento del Meta y construccion de tejido social a traves de la recuperacion historica en el municipio de Acacias – Meta”, del convenio de colaboracion DHS 5210955, suscrito entre la Universidad de los Llanos y Ecopetrol. Las circunstancias actuales muestran un mundo convulsionado, en crisis por las complejas y dificiles tensiones que afectan a pueblos y culturas. La globalizacion no fue mas que la idealizacion de una condicion de armonia determinada por las regulaciones del mercado. En lo concreto quedo la evidencia de multiples formas de vivir en el mundo, de comprenderlo y de explicarlo a la luz de las cosmogonias que alimentan las mitologias y los imaginarios cuya fuerza radica en la cohesion del grupo social que actua en un determinado territorio, ocupandolo y apropiandose de el. El territorio visto asi, no es solo geografia y esta tampoco es el simple escenario de los acontecimientos historicos. El punto de partida para iniciar la ruta de la complejidad, es la aceptacion del territorio como una porcion de tierra en la cual coexisten multiplicidad de formas de vida que correlacionadas, le otorgan especificidad. Es el mundo fisico o del paisaje que se constituye en el “hogar” de las especies que dentro de el desarrollan su ciclo de vida. Sobre este paisaje actua el ser humano transformandolo, modificandolo de acuerdo al aprovechamiento de los bienes y servicios que le ofrezca el medio, con las tecnicas proporcionadas por el grado civilizatorio. Pero este aprovechamiento esta signado por las logicas que operan en la intervencion antropica desde la cultura y el mundo simbolico. Las distintas formas como se organiza la sociedad humana dan cuenta de la apropiacion simbolica del territorio. Por ello deciamos al comenzar que este no es solo geografia. Significa el medio, tambien los modos de intervencion y la superestructura de administracion y control o de relacion de la sociedad con el. A esta superposicion de significados, algunos analistas le llaman el espacio social construido, el cual adquiere connotaciones distintas de acuerdo a la escala o nivel de referentes para identificarlo: por ejemplo el Estado nacion, los territorios ancestrales, los circuitos historico-culturales, la distribucion politica institucional y las jurisdicciones administrativas. Las relaciones del hombre con el medio generan toda suerte de afectos que lo vinculan vivencialmente al territorio, desde lo cotidiano hasta lo institucional en el proceso de legitimacion de practicas y costumbres reconocidas por el grupo social como buenas para la pervivencia de la comunidad. Aqui pueden residir los elementos que desde la cultura regulan la vida social para la conservacion de los ecosistemas, como la ley mayor o la ley de origen, de la cual derivan los principios del pensamiento ancestral profundo. De ahi que toda forma de intervencion ajena a dichas regulaciones, afecta al conjunto de relaciones que estructuralmente obran en el tejido social y sus modificaciones son asumidas como distorsiones de esos “entendimientos”. Los procesos de modernizacion economica interfirieron en las formas de organizacion tradicional, especialmente en las comunidades campesinas y en los territorios indigenas. El nuevo tipo de solidaridad disolvio los vinculos sociales, y modos de vida ajenos irrumpieron en el seno de comunidades rurales, alterando sus mundos y sus concepciones. Actualmente, frente a los conflictos suscitados por los nuevos usos del suelo, adquiere importancia el ordenamiento del territorio sobre la base ambiental de los ecosistemas, para armonizar los usos con las aptitudes y el mantenimiento de los recursos naturales. Con este proposito, la gestion del territorio desde lo local sugiere acciones politicas de participacion, de reconocimiento e inclusion social y particularmente, de la construccion colectiva de la cartografia social que haga plausible la reconciliacion del ser humano con la naturaleza. “Volver al Terruno” recomiendan los expertos, lo cual significa el retorno pensado a la vida cotidiana, de necesidades satisfechas, distante del consumismo irracional y plena de bienestar. No se trata de la proclama nostalgica del “buen salvaje” como podria entenderse. Es simplemente una pausa para corregir; desandar los caminos que trazo el “progreso” y procurar otras vias que garanticen futuro y dignidad. English abstract: This edition is published within the framework of the project Development of education and training processes for environmental management for the municipalities of influence of ecopetrol operations (Villavicencio, Acacias and Castilla La Nueva) department of Meta and construction of social fabric through of the historical recovery in the municipality of Acacias - Meta ”, of the collaboration agreement DHS 5210955, signed between the Universidad de los Llanos and Ecopetrol. The current circumstances show a convulsed world, in crisis due to the complex and difficult tensions that affect peoples and cultures. Globalization was nothing more than the idealization of a condition of harmony determined by market regulations. Specifically, there was evidence of multiple ways of living in the world, of understanding it and explaining it in the light of the cosmogony that feed mythologies and imaginaries whose strength lies in the cohesion of the social group that acts in a certain territory, occupying it and appropriating it. The territory seen this way, is not only geography and this is not the simple scene of historical events. The starting point to start the route of complexity is the acceptance of the territory as a portion of land in which multiplicity of life forms coexist, which, when correlated, give it specificity. It is the physical or landscape world that constitutes the “home” of the species that develop their life cycle within it. The human being acts on this landscape, transforming it, modifying it according to the use of the goods and services offered by the environment, with the techniques provided by the degree of civilization. But this use is marked by the logics that operate in anthropic intervention from culture and the symbolic world. The different ways in which human society is organized account for the symbolic appropriation of the territory. That is why we said at the beginning that this is not only geography. It means the environment, also the modes of intervention and the superstructure of administration and control or of society's relationship with it. Some analysts call this superposition of meanings the constructed social space, which acquires different connotations according to the scale or level of references to identify it: for example, the nation state, ancestral territories, historical-cultural circuits, distribution institutional policy and administrative jurisdictions. Man's relationships with the environment generate all kinds of affections that link him experientially to the territory, from the everyday to the institutional in the process of legitimizing practices and customs recognized by the social group as for the survival of the community. Here can reside the elements that from the culture regulate social life for the conservation of ecosystems, such as the greater law or the law of origin, from which the principles of deep ancestral thought derive. Hence, any form of intervention outside of said regulations affects the set of relationships that structurally operate in the social fabric and their modifications are assumed as distortions of these understandings. The processes of economic modernization interfered with the forms of traditional organization, especially in peasant communities and indigenous territories. The new type of solidarity dissolved social ties, and alien ways of life broke into the bosom of rural communities, altering their worlds and conceptions. Currently, in the face of the conflicts caused by the new uses of the land, the ordering of the territory on the environmental basis of the ecosystems acquires importance, to harmonize the uses with the aptitudes and the maintenance of natural resources. With this purpose, the management of the territory from the local point of view suggests political actions of participation, recognition and social inclusion and particularly, of the collective construction of the social cartography that makes the reconciliation of the human being with nature plausible. Back to the Terroir recommend the experts, which means the thought return to daily life, of satisfied needs, distant from irrational consumerism and full of well-being. It is not about the nostalgic proclamation of the good savage as it might be understood. It is simply a pause to correct; retrace the paths that “progress” traced and seek other paths that guarantee future and dignity.