El trabajo se ocupa de proponer una forma de entender la responsabilidad por el carácter –por llegar a ser un tipo de persona- a partir de un análisis de la agencia como una actividad dinámica y extendida en el tiempo que involucra el ejercicio de seis capacidades y el reconocimiento de sí mismo como un agente entre otros agentes. Se analizan las relaciones entre los conceptos de “persona”, “acción” y “agencia” en primer lugar desde un plano estructural de facultades, y en un segundo momento desde una comprensión la relación entre estos desde un plano de intersubjetividad y actividad política enmarcadas en una necesaria contingencia. Para lo primero, se presenta la actividad de la arquería como una metáfora que permite deshilar el concepto de agencia, y para lo segundo se presentan tres maneras de representarse el “moverse en el mundo” como lo que nos constituye y nos permite comprendernos como agentes. Uno de los objetivos principales del trabajo es presentar una noción de “responsabilidad” que se aleja de ideas tradicionalmente ligadas a ella como el control y la necesidad de una voluntad libre para poder hacer atribuciones morales. Para esto, se recurre a una comprensión aristotélica de la constitución agencial humana, integrando algunos elementos de propuestas contemporáneas de corte fenomenológico. La pregunta por la responsabilidad por sí mismo se trata a lo largo del trabajo desde distintos ángulos, apuntando a la conclusión de que el ejercicio responsable de la agencia consiste en un modo de atender y dar sentido a la experiencia de ser uno mismo, que no necesariamente involucra tener control.