El tema de las empresas de familia llego a mi vida profesional como un feliz hallazgo dentro de la experiencia docente, cuando en las decada de los noventa, en las facultades de Administracion de Empresas, algunos de los estudiantes solicitaron se les permitiera hacer su semestre de practica en las organizaciones economicas de propiedad de la familia o de alguno o algunos de sus miembros.Variada fue la gama de las organizaciones donde estos estudiantes tuvieron la oportunidad de confrontar el bagaje academico recientemente adquirido con la vida de los negocios: Establecimientos de comercio de propiedad de los padres o de uno de ellos, sociedades de hecho entre padres e hijos, sociedades en comandita simples y por acciones, sociedades limitadas y anonimas. Igualmente diverso fue el campo de actividades: Finanzas, seguros, comercio, produccion y servicios, pero una sola fue la conclusion final en cuanto a la problematica encontrada: Las empresas cuyo control total o mayoritario reposa en manos de miembros de la misma familia tienen dificultades que no pueden encararse ni superarse, exclusivamente y de manera exitosa, desde una optica juridica, por el contrario requieren el concurso de equipos interdisciplinarios donde incluso se cuente con profesionales en el area psicologica y de terapia familiar, tanto como expertos en finazas o en temas organizacionales.