La tragedia del desplazamiento forzado afecta no solo a las victimas directas, sino a toda la sociedad; tambien a la produccion academica. La investigacion biblica detecta en el profeta Miqueas una particular sensibilidad ante el problema de los campesinos desplazados por la voracidad de los terratenientes. Con palabras sencillas y valientes denuncio a los culpables de esa situacion y mostro como el sufrimiento de las victimas es como una herida que se abre en la piel del Senor. El drama de los campesinos judios del s. VIII a.e.c., interpretado teologicamente por el profeta, se constituye en un motivo que ayuda a comprender cuales debieran ser las caracteristicas del quehacer religioso y teologico en una situacion similar.