Las portadas de las revistas femeninas de alta gama espanolas se constituyen como un sello de identidad, asi como una poderosa herramienta de promocion, sustento y divulgacion de un prototipo ideal de belleza femenino que restringe la corporalidad de la mujer. Mediante la articulacion de tres parametros concretos – talla ≤ 36, altura ≥ 170 centimetros y un somatotipo ectomorfo–, se difunde un aspecto sobrerrepresentado a partir de atribuciones positivas, que enaltecen la perfeccion facial y corporal de la mujer, en detrimento de la madurez femenina y de las particularidades psicologicas. Un ideal de belleza abanderado por mujeres que son respetadas y reconocidas, por ser celebridades, principalmente del mundo del espectaculo, y que yuxtaponen sus cualidades asociadas a vidas faciles. Dicha banalizacion contrasta con las funciones y roles que, a diario, desarrolla la mujer contemporanea, ya sea en el plano laboral o actitudinal, desaparecen.