Del conjunto de textos escritos entre los siglos XVI y XVIII, los historiadores de los siglos XIX y XX escogieron las cronicas como las unicas representantes de la escritura de la historia. Esto implico la exclusion de otros textos, como las “vidas ejemplares”, que en su momento formaban parte del corpus de la historia, pero que fueron invalidados por una lectura positivista, debido a que planteaban hechos “prodigiosos”, que se consideraban cargados de una alta dosis de ficcion. Este genero de origen medieval, vivificado por la hagiografia barroca, se empleo para destacar a aquellos sujetos coloniales neogranadinos que las instituciones o las creencias populares erigieron como ejemplos de vida y, por extension, en la representacion de un modelo de comportamiento sobre el cual se debia construir discursivamente el sujeto ideal. La escritura de estos textos se hizo desde las reglas de la retorica de la historia. El presente articulo busca devolver a su horizonte de produccion estas narraciones, con lo cual se pretende destacar la pertenencia de la hagiografia al genero historiografico