En la actualidad, las nuevas dinamicas en el aula y las nuevas posturas frente a la ensenanza y aprendizaje de las matematicas, exigen ademas formas mas modernas de evaluar, mas bien de valorar. A pesar del interes por mejorar las practicas educativas, la evaluacion es de los aspectos que presentan mayor resistencia al cambio. Algunos autores consideran la evaluacion como la piedra de toque del curriculum escolar, lo que significa que si cambiamos los demas componentes pero dejamos intacto el sistema de evaluacion empleado por el docente, no debemos esperar cambios en el aula porque nada nuevo ocurrira (Moreno, 2014). Bajo esta perspectiva seria preciso preguntar ?por que no es lo mismo valorar que calificar?, ?es claro lo que se debe valorar en el aula?, ?cual seria un metodo de valoracion adecuada que tuviera en cuenta todos los aspectos puestos en el aula?, ?que se deberia valorar: la comprension de una tematica, la forma de pensar e interactuar en el aula, o la forma como el estudiante se aproxima al objeto que se quiere aprehender en un contexto determinado? Estas preguntas evocan un contexto amplio, ya que se puede analizar desde distintas opticas. Nuestro interes esta orientado hacia la teoria cultural de la objetivacion, teoria que prioriza el aprendizaje adquirido desde la interaccion sociocultural, desde el contacto con el otro y desde todos los artefactos puestos en una comunidad, que se imbrican con el conocimiento mismo para pensar y ser en matematicas. Partimos de la concepcion que bajo esta perspectiva, es necesario una nueva postura frente a las practicas valorativas en el aula ya que una evaluacion tecnica como se ha venido haciendo, dista de valorar el aprendizaje, la forma como los estudiantes interactuan para solucionar situaciones, y los conceptos que emergen de esta manera al observar todos los procesos vinculados a traves de tareas que tienen que ver con el aprendizaje del algebra.