Los reasentamientos involuntarios por proyectos de desarrollo, al igual que otras formas de desplazamiento de población, representan una ruptura importante en la construcción de la relación con el lugar y en particular en sus dimensiones afectiva e identitaria. Esta investigación se propuso comprender este fenómeno a través del caso de El Peñol, pueblo trasladado 40 años atrás. Desde un enfoque fenomenológico, se estableció cómo los habitantes sienten que aún no han logrado construir el lugar: aquel donde todos pueden encontrarse y donde todos hacen parte en medio de la diferencia. Especialmente en la generación que creció en la transición entre el pueblo desaparecido y el nuevo, no logró consolidarse el apego al lugar, expresando así un dolor que vendría desde la generación precedente. La investigación resalta que la construcción de lugar es un proceso de largo plazo que requiere del equilibrio entre una estabilidad que no inmoviliza y una transformación que no sea disruptiva. Los resultados muestran que el apego al lugar puede implicar significados tanto positivos como negativos y elementos que no son explícitamente conscientes. También replantean el carácter excluyente del lugar, señalan la importancia del pueblo como categoría urbana y la necesidad de comprender el lugar en el contexto territorial. Finalmente, esta investigación muestra la importancia de la historia y la memoria en la construcción de lugar. (Texto tomado de la fuente)