Entre 2007 y 2013, las autoras hicieron parte del Grupo de Memoria Historica (GMH), integrado por investigadores y expertos y adscrito a la Comision Nacional de Reparacion y Reconciliacion de Colombia. Su mision fue la de producir un informe sobre los origenes y las causas del conflicto armado en el pais. El GMH fue el resultado de una disposicion de justicia transicional de la controvertida Ley 975 de Justicia y Paz que regulo el proceso de desmovilizacion de los paramilitares vinculados a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). A pesar del contexto politico de extrema derecha en el cual opero, y de adelantar su labor en medio del conflicto armado, el grupo tuvo autonomia intelectual y operativa en su trabajo investigativo y articulo su quehacer alrededor de un discurso que posiciono a las victimas como razon del ejercicio de memoria historica y factor de legitimacion social. Este modo de producir conocimiento abrio nuevos caminos para la construccion de relatos historicos mas integradores. En este articulo interrogamos las dinamicas y razones a partir de las cuales se construyo una especial sensibilidad hacia las victimas, las nociones de victima implicitas en el quehacer investigativo, con sus inclusiones y exclusiones, y las tensiones que se generaron en el quehacer del grupo. Si bien el GMH se puede caracterizar como un dispositivo y agente de produccion de conocimiento sobre el pasado violento, su empeno en construir narrativas integradoras y plurales sobre la violencia en el pais se vio limitado por las dinamicas estatales e institucionales que buscan domesticar e instrumentalizar las voces de quienes han sido sistematicamente silenciados y excluidos. La revision del trabajo hecho por el GMH pone en evidencia la existencia de tres dilemas criticos que limitan los alcances de la labor de memoria historica: el dilema entre abrir espacios que permitan contar la verdad y la seguridad de quienes dan sus testimonios; el dilema respecto a que voces de las victimas adquieren mas autoridad durante el proceso de documentacion; y el riesgo de institucionalizar un discurso alrededor de las victimas que reditue en beneficio del capital narrativo del estado y de las instituciones sociales.