La educacion se ha transformado a traves de los tiempos, atravesando grandes cambios de paradigmas. Ya no se basa en una simple concepcion de ensenanza aprendizaje como transmision de saberes o conceptos, sino que en la actualidad esta direccionada a un modelo activo, incluyente, participativo, colaborativo donde el docente pasa a ser un mediador y el estudiante es un agente activo de su propio aprendizaje permitiendo de esta forma generar un aprendizaje realmente significativo. Dentro de este panorama, la creatividad puede asumirse, en palabras de Gardner (1993), como la capacidad que tiene la persona para realizar creaciones de productos materiales, resolver problemas considerando el conflicto como la fuerza que desenvuelve el potencial creativo de la persona y que se entrena en ello al realizar actividades que impliquen acciones que van de lo facil a lo dificil, de lo conocido al descubrimiento. Asi definida, Claxton, Pannells y Rhoads (2005), sostienen que es una capacidad susceptible de desarrollar en edades tempranas y que encuentra un ambiente adecuado dentro del aula de clase, teniendo en cuenta la cantidad de experiencias significativas y enriquecedoras que se presentan a los ninos en la cotidianidad: conocer nuevas personas, interactuar con materiales y espacios novedosos, la realizacion de tareas que incluyen movimientos, colores, formas y figuras variadas, entre otros.