Las imagenes son fuentes problematicas para la investigacion historica, siendo utilizadas como un soporte acompanante de estudios sobre el pasado, pero raras veces utilizadas como el centro mismo de la interpretacion, comunmente dejando esta labor especializada a los historiadores del arte. Sin embargo, las fuentes no verbales han demostrado, en investigaciones mas recientes, su potencialidad como vestigios del pasado. Este ensayo busca poner en dialogo la favorabilidad y las dificultades de utilizar las fuentes graficas para descubrir la pertinencia de su uso y las posibilidades que con ellas se abren.