En los años sesenta, la producción arquitectónica en Bogotá estuvo marcada por la brecha entre la racionalidad y la plasticidad estética como principios rectores. El desarrollo de agrupaciones de vivienda patrocinadas por entidades públicas y privadas, fue el pretexto para poner en cuestión los principios de la tradición moderna a favor de estudios sobre la forma arquitectónica con relación a la vida en comunidad y al lugar. Una de las agrupaciones de vivienda que manifestó esa postura fue las Residencias BCH – Sector 1, proyecto diseñado y construido por la firma de arquitectos Esguerra and Herrera entre 1961 y 1964. El marco teórico de la investigación está soportado en el fuego, concepto que Semper utilizó para explicar el foco sagrado, como el elemento moral de la arquitectura que propende la sociabilidad humana. En este proyecto, el fuego refiere todas aquellas relaciones espaciales y sociales que permiten congregar, juntar grupos, reunir personas o crear dinámicas conjuntas. El propósito de la investigación fue establecer la relación entre arquitectura y vida en las Residencias BCH – Sector 1 desde los actores que intervienen en su configuración: el Banco Central Hipotecario - BCH, la firma de arquitectos Esguerra and Herrera y las familias residentes fundadoras. Para su desarrollo, fue necesaria la revisión del contexto histórico como uno de los instrumentos de análisis que permitió entender el proyecto y los factores que determinaron su forma final y su uso. La relación entre los actores fue una coyuntura prolífica donde cada uno entregó su aporte para que los arquitectos Luis Esguerra y Ernesto Herrera, hicieran esta arquitectura de apariencia singular y heterogénea. La composición fue la que articuló el aporte de todos los actores y dispuso el escenario para que la vida colectiva tuviera lugar y aceptación. (Texto tomado de la fuente).