Como humanos, ejercer el juicio sobre si algo puede pensar o no pasa normalmente por la búsqueda de aquellos fenómenos mentales que se presentan en nosotros cuándo lo hacemos. El presente trabajo es un intento de superar dicha limitación y mostrar una manera en que podamos entender, sin imponer nuestra perspectiva, el Pensar ya sea de un humano, animal, inteligencia artificial, extraterrestre o, en general, cualquier sistema con alguna forma de actividad cognitiva. Apoyándose en la teoría de los rastros cognitivos, la vida como un sistema cerrado autopoyético, la complejidad ambiental, el caso paradigmático de la avispa Sphex y los problemas de y la actitud del diseño propongo una forma de evaluación que permita al investigador responder la pregunta “¿puede este sistema pensar?” y comparar las capacidades de adaptación cognitiva entre diferentes individuos.