Parte de los deberes que obligan a la presente generacion de adultos con respecto a la juventud y a la ninez es ofrecer un sistema formativo con tal eficiencia que no ponga en peligro su estabilidad humana, social, politica, emocional, psicologica, moral y espiritual; ademas, que sirva de elemento preventivo a la delincuencia infantil y juvenil. Las tendencias criminales ponen en peligro la convivencia pacifica y con ella la sobrevivencia de la ninez y de la juventud. Sobre esto ya nos ha advertido el Humanismo Planetario: “deberiamos tomar todas la precauciones para no hacer nada que pudiera poner en peligro la supervivencia misma de las generaciones futuras.” A la presente generacion de adultos le cabe la responsabilidad de garantizarles a las generaciones emergentes un ecosistema adecuado que posibilite la vida sana y armonica de las generaciones futuras, asi mismo, dicho ecosistema debe tener todas las condiciones y debe cumplir con todos los protocolos de habitabilidad. Tal como lo recomienda el Humanismo Planetario: “en la medida de lo posible cada generacion tiene la obligacion de entregar a la siguiente un entorno planetario algo mejor que el que ha heredado. Deberiamos evitar la polucion excesiva y usar solo lo que necesitamos racional y economicamente al objeto de evitar el despilfarro de los recursos no renovables de la Tierra.” Las anteriores reflexiones sirven de trasfondo conceptual a los asuntos que aqui abordare, toda vez que cuando hablamos de dignidad y derechos humanos en el marco de la delincuencia juvenil, estamos aludiendo de manera implicita a las responsabilidades que las generaciones adultas tienen con las emergentes. En este articulo se aborda la siguiente tematica: 1. Acercamiento al Concepto de Dignidad 2. Los Derechos Humanos: sus Virtudes y Problematicidad 3. Criticas a los Derechos Humanos 4. Observaciones Generales y Recomendaciones