El mensaje de Filipenses 1:12-30 para nosotros es sencillo. Debemos dejar que el evangelio nos transforme hasta tal punto que la pasion por el avance del evangelio sea lo que determine nuestras decisiones. Cuando el evangelio haya echado raices tan firmes en nuestros corazones, viviremos con la humildad de Pablo y tendremos la capacidad, cada vez mas, de dejar el egoismo a un lado y ser lideres que cultivan la unidad de la iglesia a favor del avance del evangelio. Si usted ha crecido en estas areas en su tiempo en el seminario o en el ministerio pastoral, gloria a Dios. Si esto parece una realidad lejana y su pasion por el evangelio ha menguado, es tiempo para ponerse a cuentas con Dios y pedir que Dios haga una obra de transformacion en su corazon para vivir una vida digna del evangelio.