En el presente trabajo se expone el primer modelo de velocidades 3D para el Complejo Volcánico Nevado del Huila (CVNH). Este volcán no había mostrado registros previos de actividad eruptiva antes de las erupciones freáticas y freatomagmáticas en 2007 y 2008. Según algunos informes, estas erupciones fueron acompañadas por dos lahares principales, que descargaron 10 y 77 millones de metros cúbicos de agua respectivamente, a las cuencas hídricas de la región. Además, se generó un cráter de 300 metros de ancho y 1000 metros de largo, en el que se emplazó un domo de lava con un volumen inicial de 3 millones de metros cúbicos. El modelo de velocidades se estimó mediante la aplicación de Tomografía Sísmica Local. En este proceso, se utilizaron 13.980 eventos volcánico-tectónicos, que representaron 99.505 tiempos de arribo para las ondas P y S, registrados por el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Popayán (Colombia). Gracias a la buena cobertura de rayos sísmicos de acuerdo a las parejas fuente-receptor, se logró detectar una cámara magmática poco profunda a 3 km bajo el nivel del mar y a 7 km hacia el sur del cráter. Esta estructura presenta varias características que pueden permitirnos sugerir una interacción entre la actividad neotectónica de la falla de Calambayú y el emplazamiento de magma en esta cámara. La evidencia indica una alineación de soluciones hipocentrales a lo largo de la falla que conecta dos anomalías negativas de velocidad en la onda S. Nuestra hipótesis es que esta característica corresponde a una conexión vertical entre la intrusión de magma (anomalía inferior) y una posible fuente de fluidos meteóricos de superficie que se filtran a través de la falla (anomalía superior). Las secciones verticales muestran otra alineación hipocentral desde el pico central a 8 km de profundidad, lo que sugiere un conducto potencial a través del cual el magma fue expulsado a la superficie. A niveles profundos, los valores Vp/Vs permitieron definir una débil conexión entre el conducto y la cámara de magmática. De acuerdo con los tomogramas horizontales, no se puede descartar que el emplazamiento del magma esté interactuando con la falla de Calambayú, sino también con otras fallas locales como Inza, Moras West o Toéz.