A la hora de buscar responsables de las dificultades del proceso democratico en el pais, es recurrente que muchos de los senalamientos se dirijan en contra de las organizaciones partidistas. La desconfianza frente a estas ha sido alimentada no solo por aquellos sectores sociales y politicos que durante tiempo estuvieron marginados del escenario politico electoral por la via del cierre bipartidista, sino que de manera creciente sectores de elite, academicos, creadores de opinion y lideres gubernamentales han aportado criticas y distanciamiento frente a los partidos. Las razones para ello parecen cada vez mas obvias. No obstante, los partidos siguen ahi, aunque ahora con un pedazo mucho menor de la torta. Podemos decretar finalmente la muerte del bipartidismo, del bipartidismo que hemos conocido, pero no de los partidos tradicionales. Con cierto pesimismo, se los declara como males necesarios, dejando traslucir el caracter instrumental de la relacion que sostienen muchos sectores con las diversas expresiones partidistas. Pero su importancia no se agota en esta instrumentalizacion. A pesar de los males en que se ven implicados, los partidos con dinamicas, estrategias y vinculos muy diversos siguen jugando un papel importante de articulacion politica. El esfuerzo que se reclama, y que se intenta en este libro, es el de comprender y tratar de explicar como son estas organizaciones, sobre todo cuando ponen en funcionamiento su bateria electoral.