En esta investigación, trabajé con tres categorías principales, a saber, sexualidad, juventud y feminidad. Me acerqué a estas categorías a través de un espacio de experimentación llamado Costurero Documental. En este espacio, y durante 6 meses, trabajé con un grupo de 9 mujeres jóvenes, incluida yo misma, alrededor de estas tres categorías, problematizando su naturalización y la inequidad que producen en nuestras vidas cotidianas: todo esto a través de los lentes de la interseccionalidad. Esta problematización colectiva estuvo basada en una metodología cualitativa de investigación que usa prácticas textiles artesanales, especialmente el bordado colectivo, como un medio que permite configurar espacios de cuidado, intimidad y creatividad, los cuales son fundamentales a la hora de compartir experiencias sobre estas categorías principales. En este trabajo estoy interesada en comprender fundamentalmente dos problemas: primero, cómo las metodologías basadas en el uso colectivo del bordado artesanal permiten la emergencia de símbolos y formas de expresión alternativas a las narraciones verbales, las cuales suelen reforzar los estereotipos negativos sobre cómo las mujeres jóvenes deberían ejercer su sexualidad. Por otro lado, estoy interesada en comprender cómo la intersección de estas tres categorías dentro de un sistema neoliberal, configura un sujeto femenino joven llamado a ocupar lugares donde no sólo puede hacerlo todo, sino que también debe hacerlo todo.