La psicologia contemporanea se caracteriza por una gran fragmentacion como producto de los numerosos desarrollos formulados durante el curso historico de su rotulo. La gran diversidad de supuestos, objetos, nociones y practicas que distinguen a esas formas de entender y hacer psicologia ha llevado a que, con frecuencia, se perciba una paulatina pero definitiva desintegracion de este campo del conocimiento humano. Ese panorama de parcelacion y dispersion –que algunos autores califican de “preparadigmatica” y otros como “multiparadigmatica”– ha conducido que vaerios de sus especialistas se impliquen en la tarea de encontrar una propuesta que sea ampliamente aceptada por la comunidad, permita llegar a cierto consenso en lo fundamental y conduzca a la consolidacion de una forma de entender y hacer psicologia que permita una mayor concertacion y cohesion de los numerosos y grandes esfuerzos que hoy se realizan (Ardila, 2010).