Cumplimos cuarenta anos del Primer Congreso de las Culturas negras de las Americas (1977) en el cual Manuel Zapata Olivella proclamo la urgencia de incluir los estudios de las culturas afroamericanas en nuestros sistemas escolares. Dos decadas despues Colombia experimento una importante reforma constitucional que tuvo implicaciones trascendentales en el campo educativo y de la multiculturalidad. De modo singular, se disenaron en nuestro pais algunas normas para iniciar la ensenanza de los estudios afrocolombianos en el sistema escolar. Si bien, desde mediados de los anos cuarenta, la naciente etnologia nacional se ocupo de algunos estudios sobre las culturas negras, este asunto se fue convirtiendo en un ambito academico lejano y extrano a los debates de la pedagogia nacional. En tal sentido tenemos dos panoramas contrastantes y paradojicos. De un parte, los estudios afrocolombianos como un campo de saber experto que se cultiva de modo especial en disciplinas como la antropologia y la historia, y cuyo lugar de produccion y reproduccion se situa en las principales universidades y centros investigacion del pais. De otra parte, un sistema educativo regido por criterios de calidad que no incluyen como parte importante del curriculo los estudios afrocolombianos, aunque la politica multicultural haya reconocido su obligatoria ensenanza en todas las escuelas y centros educativos.