Si la literatura actua como encantamiento, como recreadora de mundos posibles, ?por que, en la mayoria de los casos, en las aulas no alcanza a despertar esquirlas de pasion? La pregunta siempre ha rondado las observaciones en los procesos de pedagogia de la literatura; ante la cual se pueden plantear diferentes hipotesis. 1. Los docentes no sienten pasion por la literatura, por lo tanto no pueden trasmitir el goce estetico. 2. Las lecturas literarias elegidas no dialogan (no comparten un codigo socio-cultural) con los estudiantes. 3. La pedagogia de la literatura requiere la experiencia reflejada en los principios pedagogicos-literarios basicos, que el docente ignora o no llevEstos tres planteamientos se intentaran desarrollar en el presente trabajo, dejando claro que de entrada se descarta la concepcion acerca de la imposibilidad de ensenar literatura, entendiendo que los procesos de ensenanza-aprendizaje van mas alla de la trasmision de saberes, sino que implican la resignificacion de la cultura y la exploracion del mundo de la vida para ponerlo en consonancia con nuestros deseos. Toda literatura comunica algo, pero es el lector quien decide establecer un dialogo con el texto o desistir, por lo tanto la relacion texto/lector se genera en el mundo del aprendizaje, porque como lo recuerda Iser: “Un texto se abre a la vida solo cuando es leido” (1989:133) Si el lector desiste ante el texto se negara a la posibilidad de habitar un mundo posible, si accede entonces empezara un transito que generara nuevas formas de concebir la literatura. El problema de la literatura como parte integradora de un curriculo radica en que todo curriculo es una forma de imposicion, y por naturaleza la lectura literaria (y ninguna otra) debe ser impuesta