El arte de criar es tan milenario como misterioso, especialmente para quienes estamos ejerciendolo bien sea desde la paternidad o desde la abuelidad. Algunas veces desde la vecindad, amigalidad, cunalidad, hermanalidad y todas esas otras paternidades permanentes o circunstancias en las que nos hacemos cargo de los ninos y, a veces, de sus padres.